Pista de pádel del municipio soriano.

Pista de pádel del municipio soriano. Fotografía cedida por el Ayuntamiento de Suellacabras.

Economía

La fiebre del pádel llega a los pueblos para incentivar y remover la economía de la 'España vaciada'

Municipios cercanos a las ciudades impulsan la construcción de pistas con el objetivo de atraer jugadores, potenciales residentes y elevar su consumo.

5 mayo, 2024 03:03

El pádel es uno de los deportes de raqueta que más penetración tiene en nuestro país. Actualmente, hay 3,5 millones de jugadores federados en España, medio millón más que en tenis, según el informe de Global Pádel Resort.

Sin embargo, las pistas para practicar este deporte no dan abasto y, en las grandes capitales, apenas hay huecos libres para cubrir la demanda. Bajo esta tesitura, se ha abierto una oportunidad económica y de crecimiento que las pequeñas localidades de España, afectadas por la despoblación, están aprovechando. La 'España vaciada' busca sobrevivir, entre otras fórmulas, a través de la promoción de este deporte. 

Este es el caso de las poblaciones cercanas a Madrid. Los ayuntamientos de estas zonas están construyendo instalaciones con el objetivo de atraer a los jugadores. Cada vez son más las localidades que se suman a la lista de espera para tener una de esas infraestructuras, que tienen un coste de construcción que ronda los 100.000 euros de media y pueden llegar hasta los 120.000 euros

En este sentido, cabe destacar que España encabeza la lista de países que más pistas de pádel han construido en los últimos dos años. Actualmente, contamos con 15.300 instalaciones para practicar este deporte.

En cifras actuales, el ecosistema del pádel mueve alrededor de 2.000 millones de euros al año. Por eso, son muchos los alcaldes construyen unas instalaciones en sus localidades para acceder a un trozo de tarta de este negocio, que atraerá a consumidores e incrementará el interés de nuevos residentes hacia la zona.  

Alta demanda 

Muchos municipios han decidido instalar pistas de pádel para atraer la llegada de los jugadores de las capitales, cansados de las listas de espera para practicar su revés en las metrópolis, y animar el ambiente de la localidad.

A menudo, suelen ser localidades con pocos habitantes y con un alta tasa de población envejecida, según las fuentes consultadas por este periódico. 

En comunidades como Castilla y León o Extremadura, varios pueblos están construyendo sus propias pistas. En la provincia de Soria hay al menos 23 localidades que cuentan con estas infraestructuras.

"Queremos fomentar actividades para los más jóvenes y que haya más diversidad de actos en la zona", cuenta María Felicidad, alcaldesa de Suellacabras (Soria), una población con apenas 24 habitantes censados. 

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Los pueblos cercanos a Madrid también se aprovechan de la fiebre del pádel. Por ejemplo, este es el caso de Orusco de Tajuña (al sur de la capital), donde se ha construido una instalación por un importe superior a 120.000 euros.

De hecho, en zonas como esta, el coste de la pista está por encima de la media habitual. La causa es que se tienen que incorporar redes para evitar que las aves choquen contra las paredes transparentes de la pista y otros elementos que eviten el impacto sobre el medio rural.  

La mayoría de estas pistas están financiadas con los fondos públicos de cada ayuntamiento y están abiertas al público de manera gratuita, un incentivo clave.  

Sin embargo, conservar el mantenimiento de una pista y pagar la iluminación de la misma requiere unos gastos mínimos. Algunas localidades se están planteando implementar una tasa simbólica (de uno o dos euros) por la utilización de las pistas y así pagar su mantenimiento. 

Pista de pádel de Orusco de Tajuña (Sur de Madrid)

Pista de pádel de Orusco de Tajuña (Sur de Madrid)

"La instalación de pistas de pádel tiene un impacto positivo en la atracción de nuevos habitantes a las áreas rurales y municipios menos poblados. Estas instalaciones no sólo proporcionan oportunidades recreativas, sino que también pueden impulsar el turismo local y la economía, lo que a su vez puede contribuir al crecimiento y desarrollo de estas comunidades", detalla Alberto Sánchez, responsable de comunicación en Arham, una de las empresas dedicadas en España a la instalación de estas instalaciones. 

Además, "el pádel es un deporte que genera una sensación de comunidad y bienestar muy potente allí donde instalamos pistas". 

Subida de los precios

La fiebre del pádel ha influido en la subida de los precios de los materiales con los que se fabrican las pistas. Un proyecto de instalación cuesta entre 18.000 y 25.000 euros incluyendo diseño, fabricación y ensamblaje. Sin embargo, estas cantidades no cubren el transporte y la instalación.  

Pero hay más conceptos que pueden hacer variar los costes de la instalación, como el tipo de terreno o de pista. "A nosotros nos costó todo el proyecto 24.000 euros en 2021", explica la alcaldesa de Suellacabras. 

Jugadores de pádel en una fotografía de archivo.

Jugadores de pádel en una fotografía de archivo. E.P

"Otros pueblos que nos están copiando la idea están pagando bastante. Incluso el doble. Cuando contraté la instalación tuvimos contratiempos para montarla por el tema del terreno. Justo fue cuando subió el aluminio. No me pude esperar más porque ya había subido 4.000 euros desde que había firmado el acuerdo", cuenta María Felicidad. 

Desde Arham detallan que ha habido un incremento de los precios de las materias primas de hasta un 40% desde 2021 hasta ahora. Un circuito de alumbrado requiere un conductor de cobre, y este es uno de los materiales que más ha sufrido la inflación de los últimos años. De hecho, este metal no baja de los números elevados desde 2021, según la Bolsa de Metales de Londres.

El mercado del cobre ha experimentado un crecimiento y ha alcanzado niveles que no se veían desde hace dos años y medio, según los analistas de IG. Este aumento en el precio se debe a las preocupaciones en la oferta global del metal. También a las expectativas que se prevén de las nuevas medidas de estímulo económico en China, porque es uno de los mayores consumidores de cobre en el mundo. 

A esto se le suma el importe de los accesorios que se precisan para practicar este deporte. Por ejemplo, las palas. Su mercado creció un 72% en 2022, según los datos más recientes del Clúster Internacional del Pádel. Estos accesorios suelen renovarse cada 15 meses de media y su precio alcanza los 120 euros. 

'Apps' para la gestión

El negocio del pádel ha provocado que los municipios recurran a apps de gestión de reservas para cubrir la demanda de jugadores procedentes de las ciudades. "Ahora, estamos trabajando con numerosos municipios pequeños de menos de 500 habitantes", destaca José María Berlanga, CEO de Reserva Zona Común, una empresa que se encarga de la gestión y reserva de pistas. 

Con el sistema de digitalización de reservas, cualquier usuario pueda reservar y ver la disponibilidad de horarios de la instalación. Por estas aplicaciones, también se puede tramitar el pago de la pista. Además, esta empresa aporta servicios de domótica para automatizar el encendido y el apagado de las luces y la apertura o cierre de las mismas. 

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Más de la mitad de sus clientes son de municipios pequeños. Cuando tienen muy pocos recursos prefieren que la tecnología se ocupe de todo. "El precio que supone contratar los servicios de domótica no supera al año ni el 10% del sueldo de una persona", detalla el responsable de la compañía. La aplicación de esta empresa, fundada hace tres años, obtuvo de beneficios un total 100.000 euros en 2023. 

La aplicación lo gestiona todo de forma automática y esto significa ahorros para los clientes. Desde Reserva Común explican a EL ESPAÑOL-Invertia que en sólo dos años ha habido un encarecimiento del mantenimiento y los servicios de las instalaciones de pádel de hasta un 31%.

Sector en crecimiento 

De cara al futuro, se espera que para 2026 existan 85.000 pistas de pádel en todo el mundo. Esto supone el doble que la cifra actual que es de 38.000. Con estas infraestructuras desplegadas, se prevé que el sector del pádel crecerá hasta los 6.000 millones de euros. 

De esta manera, las pistas de pádel se han convertido un atractivo más que sirve para activar el mercado inmobiliario y atraer compradores y residentes. La incorporación de pistas ha proporcionado valor añadido a las propiedades y ha generado más oportunidades de compra. Algo a lo que los pueblos de España ya están tratando de sacar jugo.